Un producto local es aquel que es producido y vendido en una región cercana al consumidor. Los productos locales pueden incluir frutas, verduras, carnes, lácteos y otros alimentos, así como productos artesanales y de consumo diario.
El consumo de productos locales tiene varias ventajas. En primer lugar, puede contribuir a apoyar a los productores locales y a fomentar la economía local. Además, el consumo de productos locales suele implicar menos transporte y, por lo tanto, una menor huella de carbono y un menor impacto ambiental.
Además, los productos locales suelen ser más frescos y de mejor calidad, ya que han sido recolectados recientemente y no han tenido que ser transportados a largas distancias. También pueden ser más variados, ya que se producen en función de las condiciones climáticas y los suelos de la región.
Por último, el consumo de productos locales puede promover la biodiversidad y ayudar a preservar las prácticas y los conocimientos tradicionales de producción de alimentos.